Tengo el recuerdo de un antro oscuro y húmedo en donde, bajo bóvedas de un oro deslustrado, que soportan el peso del mar y contienen su tremenda, lenta acometida, animales yacientes duermen como si nada esperaran, como si en absoluto esperasen despertar; pero el aire se tensa entre los arcos en penumbra y una grieta de luz nos amenaza en sueños.
(José Ignacio Serra)
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