De entre todas las cosas
amo las desgastadas,
las que el tiempo decora con cambios y con pérdidas.
El tiempo las corrige, las dispone para su verdadero cometido,
las detiene invisibles de tanto ser miradas
y después la belleza
se posa sordamente
igual que una campana tañendo bajo el mar.
La belleza que había
en la mano y la tierra
se adhiere, se convoca sobre la superficie
o el color.
La ceniza que el tiempo esparce sin cesar
nieva en las cosas
y las deja habitadas de omisiones y tactos,
las convierte en extraños espejos,
y bajo el aspecto de collar o cuchara
nos miramos en ellos
como somos y fuimos.
Por eso amo el cuchillo que obedeció a la mano
que hoy cuenta su madera
(el uso lo ha cubierto como una cicatriz de suavidad).
De entre todas las cosas amo las desgastadas
porque son una cita entre muchos y yo:
bebiendo de una copa se están besando labios
y voces por venir,
al coger un martillo estrechas viejas manos.
También a mí el tiempo invisible me empuña
para clavar un verbo o partir la alegría,
talla delgadas muescas en mi cara
y poco a poco me encorvará su fuerza.
No pido para entonces la belleza:
sólo estar gastado de pasión,
ceñido de armonía.
(José María Parreño)
3 comentarios:
Hermoso poema sobre el alma de las cosas y la propia melancolia. Gracias
yo ya nunca voy a poder escribir lo que me evocan las cosas viejas, las desgastadas. Porque lo ha escrito él, y porque lo ha hecho tan bien que ahora me siento menos especial, pero también más cómplice del mundo.
algunas voces ajenas nos visten más que la ropa por la mañana. y las cosas viejas siempre pueden mirarse con ojos nuevos. y las cosas nuevas ahora se rompen sólo con mirarlas. y bla bla (saludos andrés & i
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