lunes, 4 de octubre de 2010

mecanografía


Mis manos dejaron de obedecerme. Tocaron en el piano conciertos desconocidos, se humedecieron con los tiernos jugos de vírgenes azoradas, cocinaron bebitos, robaron amuletos, arrancaron murciélagos de sus alas. Tomaron un bisturí y con virtuosismo de director de orquesta dibujaron extravagantes mapas en carnes ajenas. Mis manos dejaron de obedecerme. Ahora oprimen las teclas de mi máquina: son ellas quienes escriben este cuento.

(Ricardo Bernal)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

qué bueno

francisco javier casado dijo...

más cápsulas del oniromago:

http://quimicamenteimpuro.blogspot.com/search/label/Ricardo%20Bernal

(saludos de manos desobedientes