¡Morir!... ¿Dormir?... ¡No!
No quiero que la muerte sea un sueño.
Del sueño se despierta.
Que no entre más el Viento sigiloso
por las narices de mi arcilla, a besarme otra vez.
Los ojos cerrados para siempre.
Quiero un sueño sin sueños... Nada.
(León Felipe)
3 comentarios:
Qué valor querer nada. Yo le tengo pánico a la muerte. Le tengo verdadero terror, lo prometo, y a la vez no soy capaz de creerme ninguno de los cuentos chinos que, a lo largo de la historia, el ser humano se ha ido inventando para digerirla: ni cielos ni reencarnaciones ni espíritus ni nada. Bueno, nada sí. Creo en la nada y me encantaría creer en cielos, en reencarnaciones, en fantasmas...
la posibilidad, aunque remota, de estar en el lugar equivocado 'para siempre'; o de reencarnarse en ese pollito arrastrando un vagón de flores... esas sí que son perspectivas aterradoras... como bien expresa felipe: mejor la nada; o siguiendo a fonollosa:
"Rechaza otro existir, tras consumada / mi ración de este guiso indigerible. / Otra vez, no. Una vez ya es demasiado."
por tanto, por qué temer a nada?
Será que a mí este guiso me encanta. Y que tengo un hambre insaciable, será.
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