sábado, 2 de julio de 2011

aquella carta

aquella carta no contaba la historia de un dolor de muelas sino que alimentaba al bicho que trabajaba perforando el costado de la locura

en la extracción del hueso se desarrolló una hemorragia curva

el orín corroe la piel de la lucidez

la savia de la despedida desvanece los últimos instantes de luz

no había cuaderno al alcance para trepar por la pared cónica circular de aquel pozo enjambre de coágulos de sangre

cuántas veces nos hemos despedido oliendo a marisma descompuesta en los albores del sueño

cuántas veces nos hemos despertado a orilla de la plenitud

(Eladio Orta: Vacío tácito.
Puerta del Mar, 2007)

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