ya soy vieja.
El amor es más viejo que yo.
Tiene cincuenta eneros
la montaña.
Más viejo es el amor:
viejo como un fósil, viejo como una sierpe,
más viejo que el ámbar de Livonia,
más que los barcos fantasmas,
más viejo que las piedras, más viejo que los mares...
Pero el dolor que hay en mi pecho,
más viejo, más viejo es que el amor.
23 de enero de 1940
(Marina Tsvetáieva)
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