domingo, 30 de noviembre de 2008

chatarra de niño muerto


AGUJERO

Introduzco la mano en la caja de los hilos. Revuelvo ansiosamente bobinas agujereadas, punzones, cremalleras, imperdibles, alfileres, horquillas, botones rotos, broches. Me pincho. Me hago sangre. Me muerden las tijeras. Picotea en mi piel la tricotosa. Hurgo. Escarbo. Araño el metal. En el fondo del costurero encuentro, por fin, mi coronilla extasiada.