sábado, 6 de febrero de 2016

el último poema (43): the next day (plegaria a bowie en sueños)

 
Dios ha muerto. ¿Quién soy yo? Duelo. En la telaraña marciana no hay tiempo para duelo ni digestión; todo es vómito, todo vuelo. No duelo. Dueles. Como un actor roto. Dolemos. Aún no sé de qué va tu nueva mutación y ya andas envuelto en otra crisálida. No comprendo este baile de caretas postreras. No sé. No he escuchado todo el disco. No lo he leído. Sólo tres canciones. El disco de la estrella negra. Soy una estrella negra, soy una estrella negra... Cantas. Te vi desaparecer dentro de un armario antiguo, eso sí; pero sigo sin entender nada... ¿Qué pasa en realidad? ¿Eres tú haciendo mimo o la mímica de la realidad haciéndote a ti? ¿Cómo se explica, si no, que todo el mundo te llore y que nadie te llore? Como niños lloramos tu muerte los viejos; como viejos lloran tu muerte los niños. Niños de ojos salvajes de Nubelibre. Donde el águila no se atreve a volar, y gritan y dan patadas a las piedras del camino y viven en una película muda y yo no sé explicarles, yo no sé... ¿Quién soy yo? ¿Quién duele? ¿A quién duelo? ¿Somos los muertos? ¿Dónde estamos ahora? Y tengo que cambiar de ciudad porque la mudanza es la única constante vital que me queda. De ciudad, de acera, de zapatos, de cuero, de cielo. Todo lo mudable. De estación en estación. Es demasiado tarde. Es demasiado tarde. El tiempo vuela. Tu disfraz de entretelas, Bowie, no tiene final, no concibe el desnudo. Sería absurdo. Una pantomima más. Un secreto histriónico. Un significante altamente inflamable. Como vendarse los ojos y mirar con dos botones cosidos. Como hundirse en las arenas movedizas de la mente. Como congelarse en Berlín para siempre. Bajo cero. No puedo leer. Me duele mucho el cerebro. Cinco años de duelo. Cinco años. Siete. Duelo. No hay duelo aquí. El tiempo vuela, vuela. Ya no duele el dolor, ya no duele
         de veras
de veras no andas metido en tu nuevo personaje? ¿La piel definitiva y perfecta? Y resolverás el enigma con la liberación de la muerte. Somos los muertos. Como ese pájaro azul, azul eléctrico. Tómate tu tiempo. El tiempo espera en las alas, habla de cosas sin sentido. Su guión eres tú y soy yo. El enigma de tu última piel. Lázaro. Sueño. Sueño de la edad lunar. Rareza espacial. Ziggy estrellado, Aladín sano, escuálido duque blanco. Héroes, horas, eras. El artista minotauro, detective del espanto, niño jueves. Astronauta colgado, descolgado. Pequeño dolor cósmico. David. Dios. Bowie. Jones. Persona. Te escucho. Duelo. No duelo. Te miro. Sueño. Cierro los ojos. No hay tiempo. Tengo cicatrices invisibles. Dame tus manos, eres hermosa. No hay palabras. No hay vendas ni botones, eres maravilloso
No hay música
No hay nadie. No estás solo
                     (Dios
                      suéñanos
                              que nos hace falta