
EL ADIÓS
Ya todo está perdido. Te hundessin remedio. Qué inútiles y tristesparecen las palabras en el fondoangustioso de tus versos. Es demasiadotarde. No tienes muchas ganasde escribir, pero sabes despedirtey, acaso, liberarte de tus viejos rencoresoxidados, de esos torpes anzuelossumergidos como anclas en las profundidadessombrías de tu orgullo. Vamos. Es la horadel adiós y ya todo está perdido. Nadievendrá a salvarte. ¿Por qué no has de escribirlo?Te quiero.El 15 de noviembre de 1980, el poeta salmantino Severino Tormes, en una curva de camino a Tordesillas, estrella su automóvil definitivamente. En la última confesión a su diario, fechada el mismo día, revela su decisión fatal:
Tengo la sensación de haber vivido absolutamente en vano. ¿De qué me han servido los libros, la música, el amor, la poesía? Una amarga carcajada contra un árbol y otra eterna en el infierno.Quince inviernos después, Richey Edwards, letrista y guitarra del grupo galés Manic Street Preachers, desaparece tras años de depresión, anorexia, automutilación, poesía y otros desórdenes. Deja un coche abandonado cerca del puente del Severn, en Gales, y tres palabras escritas en un pedacito de papel:
I love you.