domingo, 2 de mayo de 2010

acto comunicativo #3

Muerto de vergüenza en la banqueta de los acusados, ante un juez escorpión de aguja estilográfica, un jurado popular selecto de clubes nocturnos de lectura rápida existencialista y un auditorio lleno de, básicamente, coleccionistas de artilugios de tortura de la Inquisición, niños probeta y madres viudas negras; a duras penas defendido por un marsupial ciego en pleno trance glosolálico sin intérprete; embrollado en el lenguaje de símbolos natural de una cultura alienígena, aturdido por drogas de la verdad plomiza e innombrable, torturado hasta el olvido, turbio, la mirada perdida en el tembleque de sus manos, amedrentado, el señor Valmiki se declara a sí mismo culpable culpable culpable —piensa él dentro de su nubarrón— de dudar; porque su duda, aun inconsciente, sigue mordisqueando en el qué crimen, cómo, cuándo, dónde, y hasta ahora sólo ha llegado a engullir ciertos huesecillos cartilaginosos: pistas insípidas sobre el porqué y quién: un tal K., que según la acusación fiscal: «ha hablado mal de usted». (El público abre cierra abre cierra sus paraguas en señal de indignación y pide, gritando en el cielo, la pena máxima

5 comentarios:

Li-* dijo...

En todos los aspectos, sonoramente teatral como la vida misma.

(el maruspial debe ser un ornitorinco)

-*

francisco javier casado dijo...

el circo de entremeses del señor valmiki señoras señores niños niñas animales con y sin marsupio!!
ya en su ciudad!!
tachán!!
:)

francisco javier casado dijo...

(ah ! !
(y gracias mil por el nuevo diseño de lunaceronte
(you*are*art ! ! !

Anónimo dijo...

Adoro los poemas que me imponen la necesidad de pronunciar en voz alta sus palabras.

francisco javier casado dijo...

de vez en cuando
hay que gritar

que no!!!?!!!!

thankiu, dear r.,
por pronunciarme