martes, 14 de julio de 2015

nada en propiedad

Nada en propiedad, todo prestado.
Estoy empeñada hasta el cuello.
Tendré que liquidar la deuda
entregándome a mí misma,
por la vida dar la vida.

Así está establecido:
el corazón, devolverlo,
el hígado, devolverlo,
y cada uno de los dedos.

Es tarde ya para anular el contrato.
Me arrancarán el pago
junto con toda la piel.

Y ando por un mundo lleno de más deudores.
Sobre unos pesa
el embargo de las alas.
Otros, quieran o no,
tendrán que declarar sus hojas.

En la columna del Debe,
todos nuestros tejidos.
Ni pestañas ni ramitas
que conservar para siempre.

Hasta el último detalle está inventariado
y todo parece indicar
que al final nos quedamos sin nada.

No logro recordar
dónde, cuándo y para qué
permití que me abrieran
esta cuenta.

La protesta en contra
la llamamos alma.
Y eso es lo único
que no está en el inventario.

(Wisława Szymborska: 
Fin y principio, 1993)

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